martes, agosto 28, 2007

EFÍMERO SER





un paso hacia delante y perpetrar el muro
o hacia atrás
para contar, otra vez,
una a una las piezas que se derraman de la bitácora
poseída entre las manos de los relámpagos;
la súbita sombra que se adelgaza
al lado de mi huella que cava sus últimos hálitos
en los muslos lascivos del aire.

A medida que hablo,
el sol se ruboriza con el dedo oneroso de la noche
y una lámpara ambulante se posa sobre mi hombro
indicándome que pesa más que una mano.

Y es que tan fácil es entregar el sexo a la primera hora
Como centinela codiciando el ósculo del alba.
Y es que tan fácil el cuerpo se proporciona
en cada orilla de la vertiente,
en pedazos.

Saber que la raíz y el átomo convivirán en el mismo árbol
Azotado,
Mutilado,
Remendado,
Convaleciente,
Maquillado
Por las manos y el hedor del impredecible ser
inmigrante en sus cuatro paredes,
sedentario en el universo.
Me incrusta la alegoría
Con forma de luciérnaga
Para susurrarme un itinerario
tal vez de piedra
tal vez de ceniza…

EL MALEFICIO






El agua turbia
en este juego
de imágenes impredecibles
abre su gran boca

Háblame

que te arrodillas sobre pedazos
de vidrios
Háblame
para no oler mal pasado meridiano


¿El sol aún lidia en el bosque?
¿supervisará el cráneo de cada uno?
¿medirá alrededor de todo la distancia
para fecundar una ecuación capaz
de reconstruir cenizas en templos destruidos?

El invierno se ha radicado
sus columnas incrustadas
y el olor a oquedad agusanada
cantan a los cuatro puntos cardinales

El eco de su canto
produce conciertos nocturnos
entre estos barrotes
entre estos espejos empañados
mientras tu rostro como espuma
cruza vertiginosamente
millones de veces
sin anclar una barca

Tocas la verja
La muerdes
La atraviesas
Invocas al derrame manantial
Día
Noche
Cascada de lodo
Interminablemente
Extirpaciones de ojos arbóreos
Y tu éxodo voluptuoso
en la única hendidura del avatar


Advertías al maleficio
Un extraño sol
posaba sus manos sobre tu cabeza
para no desvanecerte en la helada.


miércoles, abril 04, 2007

El soplido final




1

Entre el sonido de mi alrededor y las bocas cerradas
La estrella gris nos cubre con sus cinco puntas
Calando en el vientre
Abriendo con la mirada al desierto fogoso
Donde las huellas de las voces no dejan rastro
Y el cansancio tiene forma de piedra.


2

Caminos
Asfaltos rotos
Martillazos de agua
El coito de la humedad y el frío
Frío veraz en las manos

Si te desnudaras en este momento
Te aseguro que del subsuelo invocaría:
germinar la sangre caliente
la lluvia babeando libido
la contemplación en el corte vertical del agua al smog
el silencio de mis pies en el lodo
la construcción de murallas verdes cerrando los ojos

Si gritaras
La borrasca del aliento tenaz
No sofocaría los pechos
Y yo me detendría en la cumbre clavando en la espalda de los días
Tu presencia


3

Los rostros vegetales se desmoronan
La sombra de la tierra estéril atravesó los sueños
Se oye caer las piedras sobre un río
Piedras calcinadas
Témpanos de piedra
Es la hora de hablar al que está hastiado de mirar
Mostrándole la cercanía de los asteroides
Con el mensaje del juicio final
y
con las raíces de un árbol nuclear
Sucumbiendo levemente a la neblina
A las piernas frías
Y a cuerpos que se quedaron sin hablar.

lunes, febrero 12, 2007

Cartas *






Mi querido Pablo
(No tiene fecha)

Cuán bien lo sabe mi corazón
que tengo la felicidad de su fraternal interés espiritual
por mi vida y azaroso destino.

Y me parece que alivio mi dolor
y que he abierto un miraje de consuelo
para mi diaria zozobra.

Yo no puedo hacer más regalo que el de una frase,
cálida siempre, fraterna
y nada más.

Desposeído de todos los otros medios
de probar un cariño de amigo,
sólo tengo una palabra para usted, tan pródigo en interés
y cuidados verdaderamente emocionantes, para mí.



Paris, 5 de Noviembre de 1924

Pablo! Hay tanta gente dura y cruel en el mundo.
Hay dolores que espantan,
y la muerte es un hecho evidente, pavoroso.

Pero, qué se va a hacer.

Vuelvo a creer en nuestro Señor Jesucristo.
Vuelvo a ser religioso,
pero tomando la religión
como el supremo consuelo de esta vida.

Sí. Sí. Debe haber otro mundo
de refugio para los que mucho sufren en la tierra.
De otra manera, no se concibe la existencia.

Pero, qué se va a hacer.



París, 18 de abril de 1926

Lo poético, a veces, descorazona
y mortifica más que la realidad circunstancial
en que vivimos y comemos...


París, 30 de mayo de 1928

Escribo en un estado de espíritu horrible.
Hace un mes que estoy enfermo
de una enfermedad de lo más complicada:
estómago, corazón y pulmones.

Estoy hecho un cadáver...!
No puedo ya ni pensar.
Sufro también al cerebro.
Un mes que no duermo.
Una debilidad horrible.

Mi temperatura no sube más allá de 35.8,
en todo momento.

Mis nervios vuelan
y estoy con una respiración galopante.


París, 19 de junio de 1928

Sigo viviendo a pausas,
mejor dicho, a puras penas.




* Algunos escritos epistolares, de César Vallejo a Pablo Abril de Vivero, tomados de la recopilación de Claudio Saya en "Otros Poemas Humanos de César Vallejo" .

miércoles, enero 10, 2007

Uno nace, otra fallece




10 de enero.

Nace en santiago de chile un poeta en 1893.


Silencio
Se oye el pulso del mundo como nunca
( pálido

La tierra acaba de alumbrar un árbol


Las palabras “Altazor” y “Creacionismo” revelarán a través de centurias el poder de su existencia: la palabra.


Soy yo Altazor
Altazor
Encerrado en la jaula de su destino
En vano me aferro a los barrotes de la evasión
( posible


Mapuches le rodearán con la túnica azul, con el pensamiento que arde al evocar su nombre: Vicente Huidobro









10 de enero

Fallece en Nueva York una poeta en 1957.


En costa lejana
y en mar de Pasión,
dijimos adioses
sin decir adiós.


Su ferviente lucha entre el amor y la desolación sitiada en cada letra expandió su voz, una voz artísticamente original.


Creo en mi corazón, en que el gusano
no ha de morder, pues mellará a la muerte;
creo en mi corazón, el reclinado
en el pecho de Dios terrible y fuerte.


Será recordada, Gabriela Mistral; su prédica como símbolo es himno escrito en la orilla del sol, del sol sureño, del sol latinoamericano.