lunes, febrero 12, 2007

Cartas *






Mi querido Pablo
(No tiene fecha)

Cuán bien lo sabe mi corazón
que tengo la felicidad de su fraternal interés espiritual
por mi vida y azaroso destino.

Y me parece que alivio mi dolor
y que he abierto un miraje de consuelo
para mi diaria zozobra.

Yo no puedo hacer más regalo que el de una frase,
cálida siempre, fraterna
y nada más.

Desposeído de todos los otros medios
de probar un cariño de amigo,
sólo tengo una palabra para usted, tan pródigo en interés
y cuidados verdaderamente emocionantes, para mí.



Paris, 5 de Noviembre de 1924

Pablo! Hay tanta gente dura y cruel en el mundo.
Hay dolores que espantan,
y la muerte es un hecho evidente, pavoroso.

Pero, qué se va a hacer.

Vuelvo a creer en nuestro Señor Jesucristo.
Vuelvo a ser religioso,
pero tomando la religión
como el supremo consuelo de esta vida.

Sí. Sí. Debe haber otro mundo
de refugio para los que mucho sufren en la tierra.
De otra manera, no se concibe la existencia.

Pero, qué se va a hacer.



París, 18 de abril de 1926

Lo poético, a veces, descorazona
y mortifica más que la realidad circunstancial
en que vivimos y comemos...


París, 30 de mayo de 1928

Escribo en un estado de espíritu horrible.
Hace un mes que estoy enfermo
de una enfermedad de lo más complicada:
estómago, corazón y pulmones.

Estoy hecho un cadáver...!
No puedo ya ni pensar.
Sufro también al cerebro.
Un mes que no duermo.
Una debilidad horrible.

Mi temperatura no sube más allá de 35.8,
en todo momento.

Mis nervios vuelan
y estoy con una respiración galopante.


París, 19 de junio de 1928

Sigo viviendo a pausas,
mejor dicho, a puras penas.




* Algunos escritos epistolares, de César Vallejo a Pablo Abril de Vivero, tomados de la recopilación de Claudio Saya en "Otros Poemas Humanos de César Vallejo" .